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El hueco que deja el diablo

El hueco que deja el diablo

La evasión y el fraude fiscal constituyen, hoy por hoy, grandes problemas de la economía globalizada. Suponen una disminución en la recaudación de los Estados que, en definitiva, impide la consecución de un sistema tributario justo mediante la contribución de todos los ciudadanos al sostenimiento de los gastos públicos.

Por otro lado, no cabe duda de que en los últimos años las noticias publicadas en los medios de comunicación han propiciado la salida a la luz pública de múltiples casos.

Existen factores que pueden propiciar este fenómeno ¿?

El fraude fiscal se ha incrementado en los últimos años con respecto a años anteriores ¿?

Qué medidas legales se han adoptado hasta el momento con el fin de disminuir este fenómeno ¿?

Qué medidas podrían adoptarse que contribuyan a la erradicación de estas conductas ¿?

El título de mi intervención es el mismo que da título al estudio que publicó en mayo de 2014 Fedea (1), un prestigioso think thank español, que nos aporta, eso sí, con la limitación de que termina en 2013, algunas magnitudes muy relevantes en España:

  • El fraude fiscal por IRPF + Sociedades + IVA se movería entre el 3,5 % – 4 % del PIB español: 40.000 M €

  • Fundamentalmente concentrado en rentas de capital con una estimación de patrimonio oculto de 144.000 M € en paraísos fiscales

Para poder hacer un análisis dinámico (en tiempo) y transversal (en relación a nuestra posición en relación con nuestros vecinos UE) el estudio amplió el foco al concepto “Economía Sumergida” encontrando que:

  • de 2008 a 2013 se han reducido casi 4 puntos en términos de PIB (22,2 % à 18,6%)
  • en 2013 nos movemos en la media comunitaria: 18,6 %

A nivel global, las cifras resultan muy difíciles de estimar, y parece más que comprensible.

He encontrado una publicación de datosmacro.com (2) donde las cifras referidas de patrimonio oculto en países desarrollados (quiero entender entorno OCDE) asustan, es más, no sabría con cuantos ceros escribirlas: 7,6 B USD

No menos las cifras estimadas de recaudación perdida: 190.000 M USD/año.

Pero volviendo a nuestro país y dando respuesta a otra de las cuestiones planteadas: las medidas legales en la lucha contra el fraude, hay que decir que, independientemente al color del gobierno, todos, lo vienen haciendo, de forma constante, aunque con resultados discutibles.

Centrándonos en la última década; podemos referirnos al Plan AEAT 2005, actualizado en 2008, o a la más reciente Ley 7/2012, enmarcada en una importante batería de medidas entre las que se encuentra la polémica amnistía fiscal del ministro Montoro y la reforma del Código Penal en materia de delito fiscal (3).

En todo este tracto, en estos últimos 10 años, si bien el efecto en recaudación es positivo, no es menos cierto que el modelo empieza a mostrar síntomas de agotamiento y en este post de elblogsalmón (4) hay detalles de lo que acabo de referir.

Termino este post abordando la primera y la última pregunta de este post, porque van íntimamente unidas: Naturalmente creo que hay factores que determinan la existencia del fraude y estos son precisamente los que hay que utilizar, mejor dicho, manejar, darle la vuelta, en la prevención, la persecución y el castigo.

Las conclusiones del estudio de Fedea citan los 3 paradigmas de la administración tributaria: Coacción – Servicio – Confianza, y ellos me dan pie para escribir:

Confiamos hoy en nuestro país los administrados en la administración de nuestros tributos ¿? Nos sentimos participes de la administración fiscal ¿? No y No.

Nuestra percepción ha cambiado. Mucho. Con razón o sin ella. De aquella España que empezamos a construir, mediados los 80.

No es solamente una cuestión generacional, nostálgica y/o demagógica.

Primer paso: recuperar la confianza.

La segunda cuestión, el servicio, tiene mucho que ver con nuestro aun complicado modelo de impuestos, agravado con nuestro más aun complejo modelo de país que, cuestiones políticas aparte, da lugar a situaciones muy heterogéneos e incluso deslealmente competitivos entre si.

Cierto es que, gracias a las TIC, se ha ganado en eficiencia de comunicación, que la administración es más accesible, presta más servicios, pero aun así….

Segundo paso: homogeneizar y simplificar el sistema impositivo y su administración.

La última cuestión es la coacción, que tiene que ver obviamente con el castigo a los que no cumplen.

Aquí hay que detenerse para hacer una doble reflexión.

Malos, va a haber siempre, y en consecuencia hay que asegurarse que el sistema sancionador sea eficaz en resultados y coherente con el delito.

Pero no hay que el olvidar que el propio sistema fabrica o induce a convertirse en “malos” y no me refiero al aspecto ya tratado en la confianza, ni muchísimo menos.

Tercer paso: cambio de rumbo en la política fiscal

Aquí hablamos, fundamentalmente de tipos de gravamen no confiscatorios, de incentivos a la economía real, de reducción de impuestos, vía una política fiscal mucho más motivadora, que castigadora, aunque naturalmente haya de ser severa con el que no cumple.

 

Fuentes citadas

  1. informe Fedea: http://www.fedea.net/el-hueco-que-deja-el-diablo-una-estimacion-del-fraude-en-el-irpf-con-microdatos-tributarios/
  2. datosmacro: https://www.datosmacro.com/analisis/actualidad/20160505/fraude-impuestos
  3. Ministerio Hacienda y FP: http://www.minhafp.gob.es/es-ES/Prensa/En%20Portada/Otra%20Informacion/Paginas/Luchacontraelfraude.aspx
  4. el blog salmon:https://www.elblogsalmon.com/economia-domestica/una-decada-de-lucha-contra-el-fraude-en-espana-resumen-de-un-modelo-que-se-agota

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